miércoles, 29 de febrero de 2012

EL SEPTIMO SELLO

Título: El séptimo sello
Título original: Det sjunde inseglet
Dirección: Ingmar Bergman
País: Suecia
Año: 1957
Duración: 92 min.
Género: Drama, Fantástico
Reparto: Gunnar Björnstrand, Bengt Ekerot, Nils Poppe, Max von Sydow, Bibi Andersson, Inga Gill, Maud Hansson, Inga Landgré, Gunnel Lindblom, Bertil Anderberg, Anders Ek, Åke Fridell, Gunnar Olsson, Erik Strandmark
Guión: Ingmar Bergman
Distribuidora: Manga Films
Productora: Svensk Filmindustri (SF)
Presupuesto: 150.000,00 $
http://www.estamosrodando.com/imagenes/comn/pxtrans.gif
Departamento artístico: Carl-Henry Cagarp
Departamento musical: Erik Nordgren, Sixten Ehrling
Dirección: Ingmar Bergman
Diseño de producción: P.A. Lundgren
Fotografía: Gunnar Fischer
Guión: Ingmar Bergman
Maquillaje: Nils Nittel
Montaje: Lennart Wallén
Música: Erik Nordgren
Sonido: Aaby Wedin, Evald Andersson, Lennart Wallin
Vestuario: Manne Lindholm
http://www.estamosrodando.com/imagenes/comn/pxtrans.gif



ESCENAS IMPORTANTES
A lo largo de la película se suceden las escenas de importancia cargadas de simbología. Destacan escenas como la procesión de penitentes, la confesión del caballero y el final, en el que por fin todos sucumben ante la muerte.
La procesión de penitentes
Refleja la desesperación de la que son presa todos los habitantes de la región debido a la peste negra. En todo momento se ven rodeados de muerte, enfermedad y con el conocimiento de que su vida se puede acabar en cualquier momento. Esta horrible situación les lleva al extremo de la demencia y locura. Aparecen en procesión recorriendo un pueblo en el momento en el que los juglares representaban una obra y todos los espectadores, y los mismos actores centran su atención en la procesión.
Esta procesión estaba constituida de un nutrido grupo de personas que se flagelan y autoinfligen una serie castigos y daños en señal de penitencia hacia Dios. Ellos creen firmemente que la peste que coarta sus vidas es un castigo de manos de Dios por todos los pecados cometidos, y muestran su arrepentimiento y penitencia en la búsqueda de perdón y absolución de su castigo.
La visión que representan estos penitentes hacia la muerte es de terror, muestran una arraigada creencia en Dios, en un Dios severo y castigador, y en cuyo nombre se castigan y dañan en señal de remordimiento.
La confesión del caballero.
En un momento de debilidad y soledad decide confesarse y expresar sus dudas e inquietudes. Al principio habla de forma comedida acerca de las dudas que le atormentan, y de la crisis de fe que sufre a raíz de sus experiencias en la cruzadas. Finalmente se abre al confesor de manera directa y le habla de la partida que está manteniendo con la muerte.
El protagonista olvida por un momento algo inolvidable, que la muerte nos acompaña en todo momento, y que nunca nos abandona. Este olvido le costará la partida, ya que en el momento en el que habla sobre la estrategia que seguirá a espaldas de la muerte para diezmar sus filas, la cortina se corre y se descubre la identidad del confesor, que no es otra que la de la muerte.
En esta confesión el caballero habla sobre sus experiencias y sentimientos hacia la muerte. Relata su crisis de fe y su necesidad de encontrar respuestas sobre la verdad de lo que le espera tras morir, respuestas que busca en su confesor, como en cada persona que encuentra, sin obtener algo satisfactorio, sino al contrario, consigue desvelarle a la muerte su estrategia de salvación. Descubre que no puede escapar de ella.
Quema de la bruja:
La pequeña bruja torturada se engaña y quiere creer en el diablo, que en realidad sólo existe para aquellos que creen en él, gracias a los que la torturan; en el último momento ella quedará sola con el miedo al verdugo. Esta ejecución es vista por el caballero, quien conversa con ella antes de morir, en busca de alguna respuesta. La ejecución de la bruja transmite una sensación de impotencia común en todos los personajes y desconcierta aún más al caballero en su incesante búsqueda de la verdad.
A lo largo de la película, también aunque de forma superficial, aparecen escenas de gran contenido y personajes relevantes como el ex -seminarista que roba a los cadáveres para luego vender lo robado y obtener beneficio. La escena en la taberna, en la que los bienalimentados religiosos, charlan sobre la constante presencia de la muerte, su impotencia y el miedo que esto les produce, todo esto mientras disfrutan de una generosa comida; la paliza y el ridículo al que es sometido el juglar como castigo por el delito que cometió otro con una aldeana y por ser juglar; la conversación y las pinturas del hombre que pinta en las paredes de la iglesia macabras escenas de muerte y sufrimiento...
Llegada al castillo y muerte:
Antonio, que se reencuentra con su mujer, ya sabe que esa noche llegará su final, pues la partida finalizó la noche anterior con su derrota. Esta derrota, sin embargo, embarga de felicidad caballero, pues consigue despistar a la muerte y salvar a la familia de juglares antes de morir, haciéndole sentir que algo ha merecido la pena.
Una vez en el castillo, dispuestos a cenar, hace su aparición la muerte. En este momento definitivo todos demuestran cómo reaccionan frente a ella. El caballero ya lo espera, pero no oculta el miedo que siente, miedo que también embarga a su escudero, pese a su cinismo, y al resto de personajes que les acompañan. El escudero, en este último momento reprocha a Antonio el haber derrochado sus últimos momentos de vida en buscar respuestas en lugar de haber disfrutado del poco tiempo que le quedaba.
En esta escena están presentes el caballero y su esposa, el escudero, la pareja de campesinos y una muchacha. Todos ellos, pese a representar formas diferentes, y en ocasiones opuestas de enfrentar la muerte, lo han de hacer, pues ese es el destino al que todos han de sucumbir, todos por igual, ya que a la hora de encontrarse con la muerte no existen distinciones de sexo, cultura o posición, nadie vale más que nadie, cosa que queda patente en este final.
Tras darse cuenta de lo que sucede, todos, uno a uno se someten a ella, y la película finaliza con la escena de todos los personajes bailando de la mano al son que les impone la muerte en el camino que les conducirá por fin al tan deseado desenlace.
Cuando ese baile llegue a su fin todos por fin descubrirán qué hay al cruzar ese umbral. Ese es el baile que les llevará a las respuestas, si es que existe algo, porque también es posible que les conduzca a la nada, que no haya nada más después de ese baile, opción que atemoriza a todos en su búsqueda, y que salvo el escudero obvian.
PERSONAJES QUE APARECEN
Antonio, el caballero:.
Regresa a su hogar después de pasar 10 años en las cruzadas. La guerra santa le ha hecho recapacitar acerca de la propia existencia de Dios. Atormentado por una sola certeza, si no existe Dios todo carece de sentido, la no existencia de Dios supone la no existencia de nada más allá, y si no existe nada la vida carece de sentido alguno.
Es el personaje alrededor del cual gira la película. Su partida de ajedrez con la muerte encuadra su búsqueda de respuestas El caballero es el interrogador constante, que más que la fe busca un significado, “Creer es un sufrimiento, es como un amor en las tinieblas y que no responde jamás”, “¿Cómo creer en los que no creen si uno mismo no cree?” y que se siente cada vez más aprisionado por la duda.
Al final parece encontrar un motivo, una razón, algo que le quita sufrimientos. Entrega su derrota a la familia de juglares. Jugando en el bosque la partida con la muerte, trama un plan por el que asegura la salvación de José, María y su hijo. Se encarga de que éstos le vean jugando, y atemorizados por la presencia de la muerte huyan; él mientras entretiene a la muerte que no se da cuenta de los que consiguen escapar.
La partida finaliza, Antonio pierde, los juglares escapan y la muerte avisa de que le recogerá la noche siguiente, y se llevará con ella a todos los que le acompañen. El caballero lo acepta y se encamina de forma tranquila y sosegada hacia su final. Es un buscador incansable, cuyo ideal de un Dios benevolente y misericordioso, que le asegure que la muerte no es el final; no le parece algo muy seguro. La crisis que sufre no le permite creerse ese ideal, algo que le atormenta.

- Juan, el escudero:
Acompaña a su maestro, el caballero, de vuelta a casa. Él a su vez, ya está de vuelta de todo. Es un hombre culto que conoce el espíritu humano y desconfía de él. A diferencia de su maestro, Juan no cree que haya cielo o infierno después de la muerte, tras ésta sólo nos espera la nada; por lo que se esfuerza en disfrutar cada instante de la vida a pesar de haber dado por perdida ya toda esperanza.
Es notoria la oposición existente entre el pensamiento de Juan y el de su caballero. De esta oposición surge la riqueza de los debates que ambos mantienen respecto de sus posturas. El escudero es cínico y realista, y su filosofía de vida es aprovechar al máximo el tiempo que le queda. Quedará en pie hasta el final: habría podido evitar la angustia inútil, “pero qué triunfo sentirse vivo hasta lo último”. Y sólo callará “protestando”. Sin duda, es el prototipo de aquellos que no creen ya en las fábulas y sin embargo constatan que “La vida existe: tienes razón, pero no pienses en ello”.
Esta ideología se demuestra a raíz de su parlamento, por ejemplo con el campesino cuya mujer ha desaparecido fugándose con un juglar. En todo momento le recomienda que no le de mayor importancia, que su mujer no le aporta nada y que debe afrontar ese abandono como una liberación y continuar con su vida, ya que su brevedad no nos permite malgastarla de esa forma.
La Muerte.
Implacable. Acompaña al protagonista en todo momento, representando su presencia contínua en la vida real, no podemos separarnos de ella. Como siempre, de riguroso negro y utilizando todo tipo de artimañas para ganar a toda costa. La Muerte misma nada sabe de Dios. Concede al caballero un tiempo para que encuentre respuestas que sabe que no conseguirá, y el tiempo lo concede en forma de partida que de antemano sabe que ganará. La muerte es irreductible e insuperable.
Su arma más poderosa es el desconcierto y la sensación de incertidumbre que provoca. Nadie puede conocer de manera segura qué nos espera al traspasar la barrera que nos impone, pero todos estamos condenados a traspasarla. La imagen de la muerte ofrecida es de algo terrorífico, digno de terror, malévolo y poderoso.
José, el juglar:
Un hombre feliz y pacífico. Su principal preocupación es el bienestar de su mujer y su hijo. Vive su vida procurando no interferir en la de los demás, y, a diferencia de el caballero, no está preocupado por lo que pueda esperarle en el más allá. Esta familia si conocen las virtudes sencillas de la naturaleza, la gracia de un niño, el sabor de las fresas con leche. Vivirán la fe inocente y sencilla encarnada por el juglar.
Representan la felicidad, la pureza, un paraíso que sólo está al alcance de ellos por su visión despreocupada de la realidad. El hecho de que sepan disfrutar de la belleza de cada momento les confiere el poder de vivir, son los únicos que escapan a la muerte en ese momento, que no de forma definitiva.
Otros.
A lo largo del recorrido aparecen otros personajes que representan, de forma muy clara, el resto de formas de enfrentarse a la muerte. Como ejemplo podemos observar a la bruja que se inventa al diablo como aliado suyo; El actor charlatán y seductor verá la muerte segar el árbol sobre el que se ha encaramado; el seminarista, criminal de espíritu y de hecho, devorado por la peste; la pareja de campesinos, en la que la mujer se aprovecha del marido que se siente dependiente hacia ella...
OPINIÓN PERSONAL
Esta película refleja las distintas formas de enfrentarse a la muerte, además en un marco desgarrador, con la enfermedad y la peste de fondo. La búsqueda del protagonista representa la búsqueda de todo ser humano en su vida hacia la incertidumbre que se nos presenta al reflexionar sobre qué habrá más allá. Además invita a la reflexión sobre la propia concepción de la muerte y su significado en nuestra vida.
Mi postura se encuentra al lado de la del escudero. Al igual que Juan, yo opino que la muerte es el final, y después de ella no hay nada. Esta certidumbre no me causa desconcierto, simplemente opino que hay que aprovechar la vida en todo momento ya que en el instante más inesperado se puede ver coartada, sin opción a recuperarla. De todas formas sigo buscando, ya que toda la vida es una incesante búsqueda en la que el momento de encontrar la respuesta será el final de la misma.





No hay comentarios:

Publicar un comentario